13 noviembre, 2009

El cuento mutilado

Existen más de mil versiones de un cuento que nunca fue escrito. Fue ingerido y masticado por más de un millón de bocas, fue mutilado por tantas hachas de mentiras y desechado por tantas lágrimas efímeras que cuando llegó a mis manos tan sólo era unas cuantas palabras unidas por un soplo de aliento. Estaba a punto de desaparecer.

Lo tuve en observación toda una semana, junto a los libros de Isaac Asimov que tanto me gustan, trataba de darle medicina convertida en notas musicales, una mezcla especial de piano, violín y guitarra, quizá así despertaría, quizá así su sueño sería menos pesado y pronto volvería a ser un cuento de verdad.

Sin embargo pasó la semana y él no mostraba indicios de querer volver a existir, depositado entre los libros, a un costado de los lápices y las lecturas de Lingüística, yo vi al cuento llorar… sus débiles palabras se rasgaron en el cuaderno…

…que tiene en la garganta palabras que se pudren…

sus lágrimas convertidas en chorritos de tinta mancharon las páginas de mi diario, cayeron justo en la frase que reza:

…ella se ahogará en el mar de sus confusiones…

—¿Quién cuento? ¿Quién? .—dije tratando de unir las palabras que se quebrantaban, ese día se quedó dormido.

Yo no pude conciliar el sueño, ¿quién lo había mutilado de esa manera? ¿Quién era el malvado que se atrevía a destruirlo? y ¿quién era ella? ¿Quién tenía en la garganta esas palabras podridas? Es verdad que la segunda frase derivaba de mi diario… ¿acaso era yo?

Antes de que dieran las tres de la madrugada el cuento despertó, yo no me di cuenta porque tenía los ojos cerrados, las pupilas trataban de tragarse las lágrimas, no oía nada, todo era el mismo tamborileo del silencio atronador.

… la sola mención de ese concepto le eriza los vellos de la nuca…

…si tú lo comprendes, si tú lo escuchas, tienes que volver, que la soledad se la traga a bocados, que cierra las fauces alrededor de su cuello y sujeta sus manos con violencia…

Por la mañana me di cuenta, el cuento sólo se podía recuperar si yo me disponía a unir sus frases por medio del rasgueo de mis dedos, que a tanto tiempo de ser olvidado, después de esa mutilación, el cuento aún guarda entre sus letras ese mensaje que está cerca del punto final

…la maldita soledad te está ganando la partida ________.

Nota: Espero tenerlo listo para el próximo post. :)

2 comentarios:

Peyote dijo...

Quiero saber qué es lo que trataba de decir el cuento.

Betzabé dijo...

Awwww... no es justo que me gusten tanto tus escritos.