14 enero, 2014

El monstruo

Vi un monstruo que salía del mar y se acercaba al edificio en donde estábamos. Los guardianes ya se habían dado cuenta y le disparaban con rifles enormes unas bolas azules de energía. Las paredes cimbraban y, aunque sabía que debía esconderme, mis pies se mantenían sujetos al suelo y mis ojos fijos en la bestia. Era enorme y tenía hambre de destrucción. Las bolas azules le daban en el cuerpo y la aturdían, pero no la derribaban porque, tan pronto como lograba darse un respiro, el monstruo chillaba y lanzaba coletazos a la construcción. Uno por uno de los guardianes fueron cayendo. Todos en mi habitación habían escapado. Quedé petrificada cuando la bestia miró mi rostro lleno de miedo y, llena de coraje, me tomó con sus tenazas. Con violencia, me lanzó al suelo y luego su enorme pie estrujó mis huesos hasta casi volverme polvo. Se alejó dejando un camino negro tras de sí, en el cual mi cuerpo destrozado se confundía con los escombros.

Godzilla

2 comentarios:

Disco King dijo...

Welcome to Japan

VaLe... dijo...

Por un momento pensé que terminaría como King Kong y no te hacia daño ;)